"Los científicos dicen que estamos hechos de átomos pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias."
Eduado Galeano
Hace un tiempo vi una noticia, en el Aeropuerto de Santiago cada cierto tiempo rematan “Maletas Olvidadas”, la enumeran y sin dar a conocer su contenido, las rematan, uno a uno iban entrevistando a quienes remataban maletas, algunos sin suerte mostraban un par de prendas de vestir, otros utensilios de baño, cremas faciales, perfumes, ropa interior, hasta zapatos.
Las leyendas cuentan que alguna vez un
afortunado rematante encontró en una de esas incógnitas maletas un violín Stradivarius uno de
esos 1200 valiosísimos violines y quizás con esta historia se repite año a año
la locura del remate de Maletas. Pero yo
me quedé pensando ¿será que lo olvidado para algunos es la riqueza para otros?,
¿será que hay objetos que sin un valor aparente son trascendentes para otros?
Hace un par de años
atrás y por una serie de acontecimientos, difíciles de enumerar extravié un par
de cuadros pintados por mí en mi primera etapa de dibujo. En ese tiempo me
pareció extraño el que un aparente hurto haya elegido este botín, no por considerarlos
poco agraciados sino más bien por su casi nulo valor “comercial”, pero
finalmente consideré que podía volver a repetirlos y la historia fue guardada
en mis anecdotarios en la zona de, poco
importante.
El día que
decidí comenzar a pintar fui llevada por
un impulso, por una necesidad porque pintando acallaba mi cabeza y mi tristeza,
permitía que se plasmaran entre colores y formas el torbellino que me revolvía
el mundo y que me dejaba parada mirando hacia cualquier parte. Poco a poco el
pintar se transformó en una necesidad, una necesidad básica, tan básica como alimentarme, el camino no ha
sido fácil, pues muchas veces he arrancado de raíz todo rastro de ese mundo de
colores azules queriendo desaparecer esa necesidad y ¿para qué?
Reconocerse, aceptarse
y finalmente amarse es un camino que nos puede llevar toda la vida, reconocer quienes somos, que nos importa, que
nos hace bien, cuáles son nuestros dones y para qué y quién sirven es un largo
y a veces doloroso camino, es tan fácil perderse en el camino. Cuando nos hemos reconocido es más fácil
comenzar a aceptarse, si, quizás pude tomar otro camino lo mío era pintar, hablar
de talento es otra cosa, pero me ha llevado años y un sinnúmero de tropiezos
aceptar que vine a este mundo a pintar y que eso por simple que sea es lo que
me hace bien.
Hace unos días y
caminando de noche por una desolada calle de mi antigua ciudad y dentro de unas
cajas de basura mi madre encontró uno de esos cuadros desaparecido años atrás, ¿casualidad?
Que confluyan una serie de acontecimientos para que frente a tus ojos aparezca
un “tesoro perdido”, la maleta abandonada de otro, un objeto lanzado a la
basura porque ya no sirve.
Según mi hermano
estos son hechos trascendentales, especies de “señales” que nos quieren mostrar
la otra historia, las más profunda, las letra que están suspendidas en los
átomos que mueven a las personas para que uno a uno los hechos coincidan de tal
manera que ahora el cuadro esté nuevamente colgado en la pared de la casa de mi madre.
Yo quiero creer
en la magia, en la magia de cada una de
las situaciones en las que buscando
respuestas han llegado a mí señales
innegables.
Ahora pienso
nuevamente, ¿Cuántas veces hemos dejamos
olvidadas maletas en aeropuertos extranjeros? Maletas llenas de poemas, de cartas
sin destino, de palabras no dichas, de fotografías en blanco y negro, de
caricias no entregadas, de encuentros y desencuentros, de miradas no devueltas.
Quizás pasados
unos años alguien vaya al remate de maletas esperando encontrar riqueza y se
encuentre un cuadro morado y verde con el dibujo de un principito de
polera rayas y su peluche anaranjado y
este se transforme en el tesoro más
grande que pudo hallar.
4 comentarios:
Que Lindo Me Encanto Quien Lo Escribio Fue Muy Creativ@ Me Gusta,Me Encanta!!!
Lo escribí yo :)
Totalmente de acuerdo!
Si! lo leo y releo y estoy de acuerdo :)
Publicar un comentario