He leído con segunda, tercera y cuarta lectura lo que has escrito, insistes en decir que soy musa y está bien me doy , lo aceptaré, pues quien inspira esos devenires límbicos, sin duda musa es.
Siempre pensé que una dibujo hablaría sólo de si, en sí y que los códigos estaban bien escondidos, pero ahora entiendo que están escondidos sólo para ojos simplistas, esos ojos escrutadores y profundos buscan y encuentran los trazos desdibujados, las líneas de grafito que olvidamos borrar y que finalmente te delatan, el que te guste viajar suspendido en metros por sobre los techos sucios de las casas, nadie mira encima de sus propias moradas.
Así es el arte, ese mágico mundo donde deambulamos como seres etéreos y solitarios hasta que nos encontramos en estaciones imaginarias, portales imperceptibles para la mayoría, allí descansamos un rato y de pronto nos damos cuenta que otro ser imaginario espera el mismo tren, primero nos miramos de reojo para cerciorarnos si en realidad nos vemos aunque seamos etéreos nos reconocemos y bailamos canciones de la Aretha por la simple alegría de encontrarnos.
Este viaje ha sido enriquecedor y agradable, lleno de poesía, de frases que aunque han sido ya recitadas tienen un sabor nuevo, he quedado maravillada de las canciones de Gabriela, a veces creemos que ya no tenemos más para sorprendernos y de pronto emergen tonadas sutiles que nos regalan la posibilidad de concretar sueños que teníamos olvidados, no por ganas, sino porque la vida se empeña en llevarte por veredas asfaltadas de seguridades demasiado recorridas.
Jonh también fue mi amigo, lo encontré balbuceando palabras teñidas de colores apasionados y me dijo despacito y al oído que la vida es el camino, ese recorrido simple y risueño que hacemos para llegar al final, a la meta, nuestra meta está delimitada por palabras, por una que otra vocal unidas entre sí de manera que forman versos, canciones y uno que otro flautista equilibrista parado en puntillas cantando o bailando o simplemente equilibrando las notas que se le han olvidado.
Alá ha estado y estoy segura que seguirá estando, hay que dejarle espacio y una cama tendida para que descanse si es necesario, eso lo hace recobrar fuerzas y tener ganas, hace bien extrañarse y recordarse, musas, musas aladas hay varias, musas ejecutivas y musas atolondradas, pero debe haber una sola musa por cada escenario.
Vamos a seguir, recitando la vida, en su máxima belleza en esa que se ha perdido desde que se prendió el bombillo de la tontera humana, vamos a seguir uniendo colores y melodías que aún no se han inventado que entre un Gato y una Paloma se puede conquistar una luna, el Gato le enseña a la Paloma a cazar y a andar agazapado y la Paloma lo eleva con sus patitas para que aprenda a volar, sin sacar sus garras, eso no es necesario, si no la Paloma se le va a arrancar, volando porque es lo que ha aprendido a hacer.
Nuestros ojos se seguirán encontrando mientras haya magia, de eso puede estar tranquilo Don Ata.
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