Hoy mi corazón es un celofán, que se arruga y deshace al tacto, no obstante, esa fragilidad esa transparencia celofininica en realidad es un campo de fuerza, un campo magnético provisto de superpoderes, esos mismos que se cimientan en la tras-lucidez, siempre fueron capaces de defender a los débiles, salvaron a la colorina cuando Pedro Pablo quiso robarle las galletas y vieron a través de la transparencia cuando nos robaban los lápices de colores. ¿Se puede considerar un superpoder la transparencia? Mi creencia a lo largo del tiempo ha sido que la fortaleza es dura, rígida es como el hierro aísla y aleja. Hoy tengo tristeza me envuelve el trozo de papel anaranjado, se arruga a mi tacto, se dobla, se estira, se humedece de lágrimas. Me escondo detrás de mi biombo transparente, me da risa, me siento observada. Hace años miraba un eclipse, a escondidas detrás de placas oscuras, el sol quema la mirada. Mi hermano es fuerte, es grande y tiene un habla potente, yo lo escucho y recuerdo nuestro viaje espacial -Atentos- Llamando a la base, cuesta imaginarlo, los cajones huelen a ajo, cajones calipsos pintados por la abuela, a lo lejos observamos el planeta Marte, vamos a buscar la vida extraterrestre, la humedad hincha y carcome la nave espacial. Tengo pena, divago y me pierdo, se empaña el celofán. Ahora viajamos por el desierto, hay un árbol solitario, le dejamos agua, es signo de esperanza, el árbol vive, mi padre muere. Viajamos por todo el país, su alma viaja, el placer de su vida viajar, deambular, recorrer, descubrir, explorar, conquistar, aventurar, transitar. Hay recuerdos de un viaje por la Patagonia cuando faltaba agua para el motor y mágicamente el cielo regaba pozos imaginarios que permitieron continuar la marcha en esos viajes de pirata del mercado negro en un auto de doble fondo, la divinidad siempre nos acompaña, mi padre es un pirata bueno, viaja, recorre el país y vibra con la carretera, con la puesta de sol, con el horizonte, con el camino, en la ruta sería su canción, suena a lo lejos los ángeles negros, románticos pero sufridos, ha sido un enamorado de la vida y las mujeres, un infiel, solo fiel al camino. En las noches en la carretera el copiloto se encarga de hablarle al conductor, en sus manos el volante y la mirada en la carretera, la vida se vive día a día. Observo a través del celofán anaranjado, se tiñen los recuerdos de anaranjado atardecer, tengo añoranza, veo gatos, cielo, veo muchas carreteras tristes y solitarias, amanece, saco de mi bolsillo el celofán.